sábado, 1 de junio de 2013
El mejor sargento
“Hace hoy veinte años”, canta la voz familiar desde el surco, y el hombre piensa al volver a escucharla en la primera vez, en todos esos años que la canción y el texto doblan con enigmática insistencia. El caleidoscopio de la memoria lo devuelve a la miserable reproducción del "Winco" y a ese sentimiento tan parecido a lo siniestro ante la contemplación de lo desconocido: una música decididamente extraña, una cubierta desconcertante, un estallido de imágenes y brillos que, aunque él todavía no lo supiera, le daban nombre a una época y apellido a una generación: Psicodelia.
El hombre trata de contar inútilmente cuántas veces tuvo que escuchar el disco hasta poder acostumbrarse a sus caprichos. Se da cuenta entonces de que esa obra maestra estaba por delante de él, dando cuenta de una parte vertiginosa de la historia en apenas dos caras de un pedazo de vinilo, como algo que había que correr para alcanzar, un tren que no podía perderse sin quedar fuera del tiempo. Quien en cambio pudiera capturarlo, tendría garantizado un viaje maravilloso.
Tal vez el hombre haya tenido, íntimamente, otras preferencias. Suele deslizar como un secreto su fascinación por “Revolver”, ese antecedente que admira por su minuto menos de grandilocuencia, por su no pretensión de obra cumbre. Pero el corazón le falla cuando llega la hora de los símbolos, y reconoce que cuando todo se hunda en el olvido, bastará el Sargento Pepper para dar testimonio de una música que tiñó la segunda mitad del siglo XX.
Ahora, al escucharlo por enésima vez, pero esta vez desde un moderno compact-disc, vuelve a sentir -como siempre- que es la primera. Todo está allí, intocado, mágico y misterioso. Las primeras experimentaciones con sintetizadores, el exquisito eclecticismo de los estilos, las armonías más complejas y más simples enroscadas en un trompo alucinatorio, con pedazos de grabaciones, gritos y susurros, con sonoridades inaudibles, con letras que cortan definitivamente el límite entre la realidad y el delirio, con juegos de palabras que se ríen de las palabras, con los músicos disfrazados de otros músicos que no existieron nunca.
Y que sin embargo están.
Hoy, 1º de junio, se cumplen 46 años de la edición de “La banda del club de corazones solitarios del Sargento Pepper”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario