Creada y producida por Irwin Allen, padre de otros venerables hijos (El Túnel del Tiempo, Perdidos en el Espacio, Tierra de Gigantes), la serie narraba las aventuras del Seaview, un submarino propiedad del gobierno de los Estados Unidos cuya misión principal consistía en investigar los abismos oceánicos desde un punto de vista científico, a pesar de que muchos de los datos obtenidos por la tripulación devinieran en conocimientos estratégicos de gran valor militar.
El Seaview no era un submarino común y corriente, sino el sueño hecho realidad del almirante Harriman Nelson, su creador. Impulsado por energía nuclear, era un gigantesco navío de 200 metros de eslora, que incorporaba los últimos avances tecnológicos aplicados a la navegación submarina. A menudo, la nave se convertía en el blanco preferido de los buques de potencias enemigas que, conociendo el poder del Seaview, pretendían destruirlo.
Sin embargo, los mayores peligros que enfrentaron los hombres de Nelson a lo largo de los cuatro años que duró la serie fueron los enemigos surgidos de las profundidades del océano: gigantescos monstruos prehistóricos, animales marinos de tamaño descomunal y hasta civilizaciones que habitaban las entrañas del mar. De este modo, la serie entroncaba con el género fantástico, dando lugar a episodios dotados de un atractivo que pocas veces se ha vuelto a ver en la historia de la televisión.
El dúo dinámico de las profundidades
Richard Basehart y David Hedison |
Más adelante, sus intenciones de trabajar en Broadway lo llevaron hasta la ciudad de Nueva York y en 1945 fue distinguido por la crítica especializada como el mejor actor joven del momento. Interpretó casi todo el repertorio del teatro clásico inglés y era considerado un actor de gran sensibilidad. Con cierta asiduidad, Basehart comenzó a trabajar en cine, destacándose su trabajo en películas tan recordadas como Moby Dick (1956, dirigida por John Huston), Titanic (1953, Jean Negulesco) y Portrait in Black (1960, Michael Gordon).
La carrera de Basehart tuvo también un período europeo. Su calidad actoral llamó la atención de Federico Fellini quien lo llevó a Italia para que trabajara en su film La Strada. Sus trabajos en Europa le permitieron enfrentar las cámaras al lado de reconocidas figuras como Jeanne Moreau, Giulietta Massina y Silvana Mangano. Pero el éxito y el reconocimiento internacional llegaron con su participación en Viaje al Fondo del Mar, serie con la que alcanzó una popularidad sin precedentes.
Para el papel del capitán Lee Crane fue elegido David Hedison, un actor que ya gozaba de cierta fama en los Estados Unidos sobre todo gracias a sus interpretaciones en la primera versión de The Fly y en The Enemy Bellow. El registro interpretativo de Hedison se veía muy limitado por una excesiva falta de matices, pero su metro noventa de estatura, sus ojos verdes y su pelo negro lo convirtieron en uno de los actores más deseados por el público femenino.
Su papel del capitán Crane, antiguo comandante de submarinos bélicos durante la Segunda Guerra Mundial, era el del hombre encargado de todos los aspectos referentes a la navegación técnica del Seaview, en contraposición a las atribuciones del almirante Nelson, dedicado al logro de las misiones de investigación científica.
El resto del elenco estable de Viaje al Fondo del Mar estaba formado por los actores Robert Dowdell (contramaestre Chip Morton), Terry Becker (sargento Sharkey), Henry Kulky (sargento “Chief” Curley Jones), Del Monroe (Kowalsky), Allan Hunt (Stu Riley), Paul Trinka (Patterson), Arh Whiting (Sparks) y Richard Bull (el doctor).
El Seaview: una maravilla submarina
El submarino Seaview era una maravilla de la técnica de la época y sus adelantos se reflejaban en su velocidad de crucero, en su potencia de desplazamiento, en la profundidad de inmersión que alcanzaba y en el tiempo que podía permanecer sumergido. No es estrictamente un navío de combate, aunque como medida de precaución cuente con misiles y torpedos, ya que la naturaleza de sus funciones así lo aconseja, y aunque los hombres que lo tripulan hayan servido en la Marina de Guerra de los Estados Unidos.
Otra de las características que lo diferencian del resto de los submarinos son sus grandes ventanales de observación, que se hallan en la misma sala de mando, donde están instalados el radar, el radio, el periscopio y los distintos sistemas para abrir fuego. Delante de los ventanales hay una escotilla por la que se accede al Aerosub, el minisubmarino volador. Una escalera de caracol conducía a los despachos de los oficiales y a los camarotes de los marineros.
El Seaview contaba también con la sala del reactor, un laboratorio, sala de circuitos eléctricos, sistemas de aire, sala de misiles (con sus respectivos silos), cocina y una esclusa para buceadores. Cada sector del submarino se conectaba con los restantes a través de pasillos y escaleras. Junto con la inmensidad del mar, este era el escenario principal donde se desarrollaba cada uno de los episodios de la serie.
El motor de la nave
Irwin Allen |
Las historias creadas por estos guionistas fueron muchas veces tan absolutamente increíbles, incluso para un producto del género fantástico, que actualmente pueden llegar a provocar la risa de los nuevos espectadores. Sobre todo, merece destacarse la colección de monstruos aparecidos a lo largo de la serie, encargados de darle un cierto toque kistch.
En el rubro directores, Harry Harris, Sobey Martin, Justus Addiss y Jerry Hooper fueron algunos de los realizadores que plasmaron las historias en cada uno de los 110 episodios de vida de Viaje al Fondo del Mar. Por otra parte, la música de la serie contó con importantes compositores de bandas de sonido. El tema principal de la serie (The Seaview Theme) fue escrito por Paul Sawtell. Un arreglo más oscuro se conoció al iniciarse la segunda temporada (en el episodio "Jonas y la ballena", compuesta por Jerry Goldsmith), pero ésta fue rápidamente reemplazada por la versión original. Otros compositores que participaron de la banda de sonido fueron Lionel Newman, Lennie Hayton, Hugo Friedhofer, Alexander Courage y Morton Stevens.
Por Viaje... desfilaron un puñado de actores y actrices que años después serían conocidos personajes del cine y la televisión. El apartado estrellas invitadas, otra muestra de la calidad de la serie, contó con Viveca Lindfords, Robert Duvall, Barbara Bouchet, Robert Loggia, Linda Cristal, Jill Ireland, John Cassavettes y Tom Skerritt, entre otros.
La primera aventura
En 1961, Irwin Allen estrenó el film Voyage to the Bottom of the Sea (Viaje al Fondo del Mar), una película que combinaba desastres, un submarino del futuro, algunos actores de renombre, personajes heroicos, increíbles efectos especiales y un excelente trabajo de fotografía de miniaturas a cargo de L. B. Abbott. El éxito de la película llevó a Allen a guardar los decorados, miniaturas y metraje sobrante para una futura serie de televisión: no se equivocó.
Seguramente, la primera etapa de la serie, rodada en blanco y negro, fue la más fértil en imaginación y recursos. Los episodios alcanzaron un clima de auténtica claustrofobia, en un espacio cerrado como es un submarino, acompañado de intrigas de guerra fría entre comunistas, chinos malvados, sabios locos que querían adueñarse del mundo, dictaduras latinoamericanas y sus correspondientes golpes de estado, conflictos con la tripulación y guerras nucleares a punto de estallar y evitadas a último momento. Como se ve, toda una serie de episodios muy entretenidos que colocaron a Viaje... entre lo mejor del año 1964 en la televisión americana.
Para cuando se inició la segunda temporada, la serie presentó algunos cambios, tanto en el reparto como en el submarino: el sargento Curley Jones desapareció debido al fallecimiento del actor que lo interpretaba (Henry Kulky) y su lugar fue ocupado por el sargento Sharkey (Terry Becker). También se integró el marinero Stu Riley (Allan Hunt), un muchacho con pasado de surfista en las playas de California. El Seaview fue renovado y dotado de un minisubmarino con forma de platillo volador (el Aerosub) que también podía desplazarse por el aire. El otro gran cambio operado durante el segundo año de Viaje... fue el añadido del color.
El agotamiento imaginativo de algunos guionistas se hizo evidente durante la tercera temporada: las aventuras comenzaron a pasarse de fantásticas alcanzando ribetes francamente delirantes. Con historias que rayaban en la ridiculez, fue a fines de 1966 cuando se puso en duda la continuidad de la serie por parte de la productora, en vista de los resultados de audiencia que tenía la cadena ABC. Estas dudas se concretaron en los episodios, con la aparición de toda una legión de monstruos y aliens sin ningún tipo de fundamento ni argumento convincente. Hubo de todo: hombres lobo, hombres peces, fantasmas, marcianos y momias.
Regreso a las fuentes y despedida
Para la cuarta temporada, Viaje al Fondo del Mar volvió otra vez a los argumentos de calidad del primer año. Y esta vez hubo un desfile de figuras con situaciones más propias de una realización seria. Pero no obstante esta etapa iba a ser la última.
El cansancio de los actores principales después de cuatro años de producción ininterrumpida, así como su miedo a que los encasillaran dentro de sus personajes, que es -en definitiva- lo que le sucedió a Richard Basenhart y David Hedison, provocaron, en 1968, la cancelación de una de las series de mayor éxito en la televisión de los ‘60.
FICHA TECNICA:
Título original: Voyage to the Bottom of the Sea
Creada por Irwin Allen
Canal ABC (cuatro temporadas)
Primera emisión: 14 de septiembre 1964
Ultima emisión: 31 de marzo de 1968
Total de episodios: 110
Duración: 60 minutos (incluyendo comerciales)
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